martes, 25 de enero de 2011

James Hillman

ALGUNAS REFLEXIONES

El psicoanálisis tiene que salir de la consulta y analizar todo tipo de cosas. Tienes que ver que los edificios son anoréxicos, tienes que ver que el lenguaje es esquizofrénico, que la "normalidad" es maniaca y los negocios paranoicos.

Las expectativas que sólo son estadísticas ya no son humanas.

Creo que somos desgraciados porque tenemos un solo dios, y es la economía.

Forjamos vidas libres de riesgo, en las que no ocurre nada.

Las circunstancias, incluidos mi cuerpo y mis padres, a quienes puedo maldecir, son la elección de mi propia alma, y no entiendo esto porque he olvidado.

En mi intimidad, temo al inconsciente cristiano porque, a diferencia del budismo o incluso el judaísmo, el cristianismo vive mitos deliberadamente, insistiendo en que no son mitos, y esto tiene terribles consecuencias paranoicas.

¿Adviertes la completa armonía entre dictadura centralizadora, fascismo, dureza política y el auto-centramiento del punto de vista espiritual?

El alma ingresa sólo por la vía de los síntomas, por la de los fenómenos marginados como la imaginación artística o la alquimia o el primitivismo y, por supuesto, disfrazada como psicopatología. Eso es lo que quería decir Jung cuando afirmó que los dioses se han vuelto enfermedades: el único regreso para ellos, en un mundo cristiano, es por la vía de lo marginado.

Hay un amor secreto escondido en cada problema.

Aunque sea difícil de creer, las hipocondrías nos cuidan, las depresiones nos hacen aminorar la marcha, las obsesiones son modos de limpiar la imagen, las sospechas paranoicas son modos de intentar ver a través -todos estos movimientos de lo patológico son modos en que somos amados, con ese peculiar modo en que opera la psique.

Bien puede haber más psicopatología hoy en el trascender que en el sumergirse en el patologizar.

El patologizar fuerza al alma hacia una conciencia de sí misma como diferente del ego y de la vida -una conciencia que obedece a sus propias leyes de actuación metafórica en íntima relación con la muerte.

Así como las verdades son las ficciones de lo racional, las ficciones son las verdades de lo imaginal.

Si nuestra civilización sufre de hybris, de inflación del ego y de soberbia, la psicología ha contribuido lo suyo. Ha estado buscando el alma en el espejo del ego, sin ver jamás la psique, viendo siempre al hombre. Y este hombre ha sido el hombre Reformista monoteísta, enemigo de las imágenes.

La economía es nuestra teología contemporánea, no importa cómo pasemos los domingos.

Dos consecuencias efermizamente peligrosas resultan de elevar la eficiencia al nivel de un principio independiente. En primer lugar, favorece el pensamiento a corto plazo -no mirar adelante, más allá de la línea; y produce un sentimiento de insensibilidad -no mirar los valores vitales que se viven tan "eficientemente". En segundo lugar, los medios devienen fines, esto es, hacer algo deviene la plena justificación de hacerlo sin tomar en cuenta lo que se hace.

La ineficiencia deviene un modo favorito de rebelión contra la tiranía de la eficiencia: ralentización del ritmo, trabajo sin reglas, absentismo, respuestas demoradas, documentos extraviados, llamadas telefónicas no contestadas.

Quien justifique las decisiones refiriéndose a la letra pequeña, tiene algo que aprender de Treblinka.

Hoy necesitamos héroes del descenso, no maestros de la negación; mentores de la madurez que puedan acoger la tristeza, que den amor al que envejece, que muestren alma sin ironía ni vergüenza.

¿Hay una realidad que no esté conformada o formada? No. La realidad siempre viene a través de un par de gafas, un punto de vista, un lenguaje, una fantasía.

La transfiguración de la materia ocurre mediante la extrañeza.

El desierto no está en Egipto. Está donde quiera que desertemos del corazón.

Debiera temerse a cualquiera que crece en un mundo que adora el éxito, pues esta es una era de psicopatía.

El alma podrá volverse nuevamente una realidad sólo cuando cada uno de nosotros tenga el coraje de tomarla como la primera realidad en nuestras propias vidas, de tomar partido por ella y no tan sólo de "creer" en ella.

Amar en seguridad es la parte más pequeña del amor.

¿Adónde se vuelve el alma que no tiene un terapeuta que consultar? Lleva su problema a los árboles, a los bancos de los ríos, al compañero animal, o a un paseo sin meta por las calles de la ciudad, a una contemplación del cielo nocturno. Tan sólo mira por la ventana o hierve agua para una taza de té. Respiramos, nos expandimos, nos dejamos ir, y algo regresa desde cualquier sitio. El daimon en el corazón parece muy a gusto, prefiriendo la melancolía a la desesperación: está en contacto.

"Bueno, ¿qué puedo hacer con respecto al mundo? Esto es más grande que yo". Este es el arquetipo del niño hablando. "Todo lo que puedo hacer es meterme en mí mismo, trabajar en mi crecimiento, mi desarrollo, encontrar una buena crianza, grupos de apoyo". Esto es un desastre para nuestro mundo político, para nuestra democracia. La democracia depende de ciudadanos intensamente activos, no de niños.

Los alquimistas hablaban de la paciencia como la primera cualidad del alma y consideraban el hacer-alma como el viaje más largo, una "via longissima". El lenguaje es digestión, un amor vegetal, depresión en aguas quietas.


                                                            James Hillman
                                                            Traducción de Enrique Eskenazi

2 comentarios:

  1. muy buen poema para estos tiempos...

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  2. Me interesaría mucho esa afirmación con que abres de que los edificios son anoréxicos... no alcanzo a comprenderlo.
    Podrías desarrollar la metáfora para mí, por ¿favor?

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