Las condiciones humanas de la vida, las que me
garantizaron: el derecho a sentir humanamente,
el derecho a la incertidumbre, al temor, al (cuán humano es)
odio (hacia enemigos, claro, cuidadosamente
escogidos para mí, para que no tenga que molestarme);
el derecho a la humana (no es ninguna vergüenza)
fisiología: a sudar (en el trabajo), a llorar
(contra la almohada), a sangrar incluso
(en el banco de sangre); no sólo es mi derecho
sino que es mi deber exhibir todas
las flaquezas humanas: nadie me obliga, por ejemplo,
a ser un héroe, esto es: a decir la verdad,
a no ser un chivato, a abstenerme de la muy humana
necesidad de golpear a un hombre caído; nada
de lo humano me es ajeno, y además
nada de lo ajeno es humano para mí, vivimos
aquí, en nuestro círculo, no necesitamos
a los de fuera, somos todos buenos camaradas,
chicos normales y corrientes,
chicos normales y corrientes,
sólo gente.
NUNCA EN REALIDAD
Nunca en realidad pasé frío, nunca
me devoraron los piojos, nunca conocí
el hambre verdadera, la humillación, ni temí por mi vida:
a veces me pregunto si tengo algún derecho a escribir.
Stanislaw Baranczak
Traducción de inglés de Abraham Gragera
siempre una delicia asomarme por aquí.
ResponderEliminarabrazos,
Gracias. Daré una vuelta por el blog que me recomiendas.
ResponderEliminarUn abrazo.
hace poco he descubierto este maravilloso blog, que me hace las mañanas más cortas, y me hace volar entre palabras.este poema me lo había pasado y era justo lo que hoy necesitaba leer, gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, de verdad.
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