jueves, 29 de septiembre de 2011

Aleksandar Ristovic

COMPARACIÓN

Cuentan que Ulises no amaba el mar,
y es porque estaba prisionero
en sus brisas, sus olas y tormentas,
como entre cobertores guarnecidos con encajes.
Igual me ocurre a mí. No amo la poesía
y aún me rindo a ella, me tiene prisionero
y salvo lo que soy, nada puedo al lector ofrecerle.
Como aquel que continuamente cambia
de posición los remos y regresa, jugándoselo todo,
a un cuento donde no será reconocido,
entre imágenes que elige con cuidado:

Soy ese cerdo.
Soy esa fresa en el jardín.
Soy el humo de esa pipa.
Soy ese espumarajo en la boca.
Soy esa rueda.
Soy esa mano que la rueda oprime
al pasar mientras cruje la grava
en paralelo a otra rueda.


ALGUIEN MÁS

Supón que estás detrás de alguien que se ha vuelto de espaldas,
¿te imaginas que él es tú, mientras alguien más detrás de ti
ve lo que estás viendo?

Si ocurre que es una mujer (¿y por qué no?)
¿eres tú esa mujer con aire derrotado,
eres alguien más que mira a tus espaldas?

Si hay dos personas, un hombre, una mujer,
entonces eres cada una. Posees en igual medida
tanto los atributos de uno como los de la otra.

Sólo que si imaginas que te ves a ti mismo a tus espaldas,
no eres entonces quien eres.
Nada tienes en común con ese desgraciado prójimo.


                                         Aleksandar Ristovic
                                         Traducción del inglés de Abraham Gragera

domingo, 25 de septiembre de 2011

Tomaz Salamun

CARTAS A MI MUJER

I

Me dispararán
sobre un día
fresco y
sólido

II

Dile a Darko hola si aparece por ahí.
Soy tu hijo.
Soy
tu estrella oscura.

III

Miro a una fémina que
mira feroz-
mente enferma,
fuma furiosa.

IV

La mariquita obtiene
un mosaico por cada
punto
negro y rojo.

V

La tribu del
Libro roe huesos en gelatina
y mermelada.
La naturaleza va
en dirección contraria.

VI

Creo
que las tortugas
viven tanto
porque no ven
el color.

VII

Morir rozando una piel.
Ver los montes más allá de la ventana.
Arrancar trozos de carne y sangre a lo que el viento arrastra.
Mi tiempo es éste.

VIII

Las bellas formas ocultan
una herida.
Torrentes y campos van
a bordo.
A su espalda no había
puentes de cemento reforzado. Si
el corazón no busca
por entre las arcadas, busca
ningún lugar.
Los estigmas son domesticación
y olvido.


LUZ NO ALIMENTADA POR LA LUZ

Aromas del trigal al florecer,
¿por qué atraéis vampiros transilvanos?
Las tijeras son útiles que portan dolor.
Nadie tiene derecho a moler una piedra,

a mudar una entrada del este hacia el norte.
Pero los arqueólogos hallan aún
hierro forjado. La responsabilidad, ¿cómo molerla?
Si nadie se lo impide se vuelve pandemonium. La criatura

que miró por vez primera el fuego sin pestañear
se frió -la llama era terrible bajo la lluvia incluso-
y amó el fuego por el fuego. En el deseo está el destino.

Los árboles ardieron con despreocupación. A quien salvó su vida
le fue perdonada su vida. Sólo aquel que
raya el espejo con un diamante puede dormir en paz.


JERUSALÉN

El crimen se escribió:
nunca hallaréis
una persona
a quien podáis amar tanto
como a mí.


UNA PLEGARIA

¡Amigo!
¿Has experimentado alguna vez
el eterno placer de los astros
cuando se funden,
el frop de una flor que se abre
en un rojo
horizonte?
No subestimes los más
horrorosos placeres
estéticos.
Cada día, cada
minuto peleo
por ti.
Gracias por tu
nombre.
Mi aliado
esencial en la lucha por tu
vida.
Ruega por mí.
Ruega que mi enemigo
no enturbie mis talentos y me arrastre
inocente, hasta la
máquina.
Ruega para que logre
vencer al tiempo al soñar
y te mantenga vivo
con el silencio.


DIOS

Yo
exijo
amor
sin condiciones
y
libertad
absoluta.
He ahí por qué
soy
terrible.


                                    Tomaz Salamun
                                    Traducción de Abraham Gragera

lunes, 19 de septiembre de 2011

Ivan V. Lalic

DE LOS TRABAJOS DE AMOR

Los trabajos de amor están dispersos por el mundo
como las cicatrices de guerra;
                                                pero la hierba crece veloz
sobre el campo de batalla, y el húmedo rescoldo de la tierra
prende de nuevo y restaura la virginidad terrible,
la de antes del abrazo, antes de los recuerdos,
antes de las voces al amanecer, con labios despidiéndose:
Los trabajos de amor viven en la disputa…

Y cuando los muros se desmoronan, y cuando los jardines se asilvestran,
el amor sale perdiendo;
                                      pero escucha los gritos de los pájaros
en la ensenada donde el mar aprende de los amantes
una ternura distinta: el tiempo es imparcial,
y el mundo es la tarea del amor,
                                                   el ensayo interminable
de dioses inmaduros.

                 

                                     Ivan V. Lalic
                                     Traducción del inglés de Abraham Gragera 

miércoles, 29 de junio de 2011

Zbigniew Herbert

NIKE CUANDO VACILA

Nike es más bella en el instante
en que vacila
bella como una orden en el aire
su mano reposa
pero sus alas tiemblan

Pues ve
a un joven solitario
hundirse en las profundas huellas
de un carro de combate
en un camino gris en un paisaje gris
salpicado de rocas y arbustos de enebro

el joven perecerá pronto
el plato de balanza que sostiene su destino
se inclina abruptamente
hacia la tierra

Y Nike desearía tanto
llegar a él
besar su frente

pero le aterra que ese joven
que jamás conoció
la dulzura y las caricias
que ha vivido sin ellas tanto tiempo
huya como los otros
en la batalla

Así que Nike vacila
y decide por fin permanecer
tal como la tallaron los escultores
enormemente avergonzada por su rapto de emoción

ha comprendido
que mañana al amanecer
encontrarán al chico
con el pecho abierto
los ojos cerrados
y el óbolo agrio de su patria
bajo la lengua entumecida


AQUILES. PENTESILEA

   Cuando Aquiles clavó su espada en el pecho de Pentesilea, la retorció -como es costumbre- tres veces en la herida, y se percató -súbitamente extasiado- de lo bella que era la reina de las Amazonas.
   La colocó con cuidado en la arena, le quitó el casco, le soltó el pelo, y posó con dulzura sus manos sobre su pecho. Pero no se atrevió a cerrarle los ojos.
   La miró una vez más fijamente para despedirse y, compelido por una fuerza extraña, comenzó a llorar -como si ni él ni ningún otro héroe de esa guerra hubiera nunca llorado- con voz mansa, grave y sin consuelo, como en un conjuro, resonaba en su planto una cadencia culpable inaudita en el hijo de Tetis. Las vocales de aquel planto caían sobre el cuello de Pentesilea, sobre su seno y sus rodillas, como hojas que abrigaban su cuerpo indiferente.
   Y su cuerpo se preparaba para la Eterna Cacería en los bosques del más allá. Sus ojos aún no cerrados miraban ya desde allí al vencedor con porfía, azules y puros, llenos de odio.


                                                                       Zbigniew Herbert
                                                                       Traducción de Abraham Gragera

martes, 14 de junio de 2011

Joseph Brodsky

UNA CONFERENCIA

Como errar es inevitable, puedo fácilmente ser tomado
por un tipo que está de pie ante ustedes, en esta sala llena
de lo que son ustedes. Pero en una hora, en fin,
esto se habrá enmendado, a costa mía y de ustedes,
y el lugar volverá a pertenecer
a las partículas elementales, mucho más flexibles
que una forma humana particular, o una reunión cualquiera.
Algunas partículas son libres aún. No todo es polvo.

De manera que mi indisposición para admitir que soy
yo quien está frente a ustedes ahora, o lo contrario,
tiene menos que ver con mi modestia o solipsismo
que con mi respeto por el futuro prójimo de este local,
esas susodichas partículas que flotan libres
hasta posarse en la superficie
reluciente de mi cerebro, sin que ningún trapo húmedo
y ansioso pueda capturarlas y eliminarlas.

Lo más interesante del vacío
es que está precedido por lo lleno.
Los primeros en comprender tal cosa fueron, creo,
los dioses griegos, cuya especialidad era la ausencia.
Piensen, pues, que ensayamos para un bis divino
donde actúo, como ven, para la galería.
Todas nuestras acciones son vanidad.
Pero yo tengo prisa.

Una vez que conoces el futuro, puedes hacerlo
adelantarse. Igual que las figuras y los muebles de mi casa.
Perder protagonismo no es una virtud
sino necesidad, y uno tiende a apreciarlo mejor
cuando cae la tarde, si bien desde un punto de vista
numérico es más fácil no ser yo
que no ser ustedes. Como el cisne dijo al lago:
No me gusto. Pero bienvenido a mi reflejo.


                                     Joseph Brodsky
                                     Traducción de Abraham Gragera

lunes, 13 de junio de 2011

Les Murray

POESÍA Y RELIGIÓN

Las religiones son poemas. Hacen confluir
nuestra vigilia y nuestros sueños, nuestras emociones,
instintos, nuestros gestos innatos, nuestro aliento

en el único todo concebible: la poesía.
Nada de lo dicho fue soñado más allá de las palabras
y nada es verdadero hasta que no figura en ellas.

Un poema, al lado de una religión organizada,
es como la breve noche de bodas de un soldado,
por la que ha de vivir y de morir. Pero esta es una pobre religión.

La plena religión es el poema largo que amorosamente se repite:
como cualquier poema, ha de ser completo, inagotable,
con giros que nos hagan preguntarnos ¿por qué hizo esto el poeta?

No se puede rezar una mentira, dijo Huckleberry Finn:
no se puede poetizar con otra. Es el mismo espejo:
mudable, oblicuo, que llamamos poesía,

y que una vez centrado, llamamos religión,
y dios es la poesía atrapada en cualquier religión,
atrapada, no presa: atrapada como en un espejo

que él atrae, siendo en el mundo lo que la poesía
es al poema, una ley contra su clausura.
Siempre habrá religión en torno mientras haya poesía

o mientras falte. Ambas son un don, e intermitentes,
como el vuelo de esos pájaros –palomas moñudas, rosellas multicolor-
que cierran las alas, las baten, y las cierran de nuevo.


                                          Les Murray
                                          Traducción de Abraham Gragera

jueves, 9 de junio de 2011

Jaroslav Seifert

SÓLO UNA VEZ

Sólo una vez he visto
el sol ensangrentado.
Ni una más.
Se hundía terrorífico en el horizonte
y parecía como si
alguien hubiera abierto de una patada
las puertas del infierno.
Pregunté en el observatorio.
Y ahora sé por qué.

El infierno está, es sabido, en todas partes
y anda sobre dos piernas.
Pero ¿y el paraíso?
Puede que el paraíso no sea más
que una sonrisa
que esperamos durante mucho tiempo,
y labios
 que susurran nuestro nombre.
Y cualquier breve instante
en que se nos conceda olvidar
que el infierno existe.


Y AHORA ADIÓS

A todos los millones de versos que hay en el mundo
he añadido unos pocos.
Probablemente no más sabios que el chirriar de un grillo.
Lo sé. Olvidadme.
Mi fin está cerca.

No llegaron a ser como las huellas
del primer hombre en el polvo lunar.
Si aun así chispearon a veces
no fue por su luz.
Amo este lenguaje.

Y lo que obliga a los labios
mudos a estremecerse
conformará los besos de los amantes
cuando paseen por los campos dorados y rojos
del crepúsculo
con lentitud tropical.

Cuando brota en nosotros la poesía
nos sobresalta. Como el amor,
como el hambre, las plagas, la guerra.
A veces mis versos han resultado desconcertantes, ridículos.
.
Pero no tengo excusas.
Creo que esforzarse en buscar palabras hermosas
es mejor
que aniquilar y matar.

                                    Jaroslav Seifert
                                    Traducción del inglés de Abraham Gragera

domingo, 29 de mayo de 2011

Para los años 10 (Siete poetas españoles)



"Basándose en la especifidad de los estilos y aboliendo las dicotomías y el epigonismo, así como las perspectivas panorámicas o grupales, Para los años 10 -7 poetas españoles nacidos en los 70- es una antología donde se muestran algunas de las voces más destacadas y novedosas de la poesía española de este principio de siglo y que, a buen seguro, darán que hablar en las próximas décadas, empezando por la actual: la de los años 10. Los poetas incluidos nacieron en los 70, época crucial para el desarrollo de la historia reciente de España, y empiezan a publicar en el cambio de milenio".

Mariano Peyrou

Abraham Gragera

Carlos Pardo

Rafael Espejo

Raúl Alonso

Juan Antonio Bernier

Juan Andrés García Román 
*

martes, 3 de mayo de 2011

Stanislaw Jerzy Lec

PENSAMIENTOS DESPEINADOS (SELECCIÓN)

Recordad que cuando el diablo quiere dar un puntapié a alguien, no lo hace nunca con su pezuña animal, sino con su pierna humana.

*

Cuando destruyáis las estatuas, conservad los pedestales. Siempre pueden servir.

*

Todo está en manos del hombre. Es por eso que debe lavárselas a menudo.

*

La estupidez es la madre del crimen. Pero sus padres son con mucha frecuencia los genios.

*

Prefiero la inscripción “Prohibido entrar” a “Sin salida”.

*

La constitución de un país debe concebirse de manera que no viole la constitución del ciudadano.

*

Soy bello, soy bueno, soy fuerte, soy inteligente. ¡Y soy yo quien ha descubierto todas esas cosas!

*

La libertad no puede simularse.

*

Las transfusiones sanguíneas se hacen con frecuencia de bolsillo a bolsillo.

*

Incluso en su silencio había faltas de ortografía.

*

No abras nunca tu puerta a aquellos que, de todas formas, la abren sin tu permiso.

*

No contéis vuestros sueños. ¿Y si los freudianos llegasen un día al poder?

*

Cada siglo tiene su Edad Media.

*

Cuando veo a las estrellas hundirse en un lago, me consuelo siempre diciéndome que no están habitadas.

*

Optimismo y pesimismo se diferencian sólo por la fecha del fin del mundo.

*

¡Y pensar que con el fuego que Prometeo robó a los dioses quemaron a Giordano Bruno!

*

Cuando un caníbal come con cuchillo y tenedor, ¿se puede hablar de progreso?

*

La indignación jamás debería ser tan profunda como para que no pueda estallar.

*

El tiempo hace su obra. ¿Y tú, ser humano?

*

Se puede cambiar de fe sin cambiar de Dios. Y viceversa.

*

Las heridas cicatrizan, pero las cicatrices crecen con nosotros.

*

No todas las noches terminan con la aurora.

*

Los héroes de los antiguos mitos estaban prácticamente desnudos; los de los mitos contemporáneos lo están del todo.

*

Tendría que haber también centros de desintoxicación para los hombres ebrios de felicidad.

*

Qué delicia, la perspectiva: ver a los enemigos tan pequeños…

*

Entra en ti mismo sin llamar.

*

La voz de la conciencia también sufre mutaciones.

*

¡Oh soledad, cuán superpoblada estás!

*

Los vientos cambian la dirección de las veletas.

*

“¡Algo huele a podrido en Dinamarca!” ¡Oh, Dinamarca, qué inmensa eres!

*

Hemos dejado de hacer distinciones entre tumba y monumento.

*

Cuanto más pequeños son los ciudadanos, más grande parece el imperio.

*

La administración de la injusticia recae siempre en las manos adecuadas.

*

¡Reflexiona antes de pensar!

*

El mar de la Indiferencia se ha desatado.

*

¡No fertilicéis los espíritus estériles!

*

Cuando el mito se transforma en realidad, ¿de quién es la victoria, de los materialistas o de los idealistas?

*

Los proverbios se contradicen. He ahí, precisamente, la sabiduría popular.

*

“No es más que un meteorito”, dice la vela con desprecio.

*

También el alma debe a veces ponerse a régimen.

*

Dos líneas paralelas se encuentran en el infinito. Y se lo creen.

*

El amor a la patria no conoce fronteras extranjeras.

*

De un pensamiento genial se pueden suprimir todas las palabras.

*

¡Ábrete Sésamo: quiero salir!

*

Los hombres confunden legislación y legislatura.

*

Si un animal matase con premeditación, eso sería un reflejo humano.

*

Insisto en que a la gente le gustan los pensamientos que no le obligan a pensar.

*

En ciertas fuentes de inspiración las Musas se lavan los pies.

*

Cuando en las fábulas políticas hablan animales es que los tiempos son probablemente inhumanos.

*

Nos encanta que nuestra voz interior provenga del exterior.

*

Siempre que la humanidad tiene la oportunidad de hacerlo, los crímenes se subliman con el arte.

*

Sé el primero en tirar la piedra; si no, te llamarán epígono.

*

Con los coturnos puestos, es muy difícil abandonar la escena.

*

Un tirador experimentado afirma: “Es más difícil alcanzar a los grandes que a los pequeños”.

*

La hoja tiembla: entre tú y yo, ¿por qué tendría que sentirse culpable?

*

Cuando los tiempos son peligrosos, no entres en ti mismo: es ahí donde se te puede encontrar más fácilmente.

*

Se mudó de Sodoma a Gomorra.

*

Los hombres son cosas en manos de expertos.

*

Estoy a favor de reprivatizar la vida interior.

*

El hombre triunfará. Sobre el hombre.

*

La lira de Nerón era un diapasón.

*

¡Si desde el fondo, al menos, todo pareciera elevado!

*

¡Ah si la más alta dignidad del Estado fuese la dignidad humana!

*

“Mane, Técel” es válido incluso con alguna falta de ortografía.

*

También el mal quiere sólo nuestro bien.

*

¿Las fronteras del pensamiento? Busca en el mapa.

*

El humanismo sobrevivirá a la especie humana.


                                  
                                               Stanislaw Jerzy Lec
                                               Traducción del francés de Abraham Gragera

miércoles, 23 de marzo de 2011

Umberto Saba

FEDRA

Sopla un cierzo homicida. Mañana
caerá la nieve y blanqueará las sendas
amigas que subían a tu casa,
en la colina, lejana. Entre los verdes
pinos el valle inmenso repite
en hojas incontables el color
que te gustaba siempre en tus cabellos.
                                                              Fedra
eras; y eres.
                    Más preciosa ahora
que se enciende en la estufa el primer fuego
en raras casas; la estación es un poco
nuestra, nuestro el paisaje; el pensamiento
irradia una última verdad; se hace la ilusión
de que lo peor –quizás- ha pasado.


FANTASÍA

Como en el mar la espuma flotas
en la vida, resistes cada ola,
cada ola te engendra, deliciosa
fantasía de un alba rosa y oro.
Tus oscuros orígenes no ignoro,
no los velo; en mi pecho te abrazo
como una madre joven a su hijo,
vestido de dulzura, jubiloso,

yo que me he asomado al foso
del corazón, mi triste corazón humano.


PRIMAVERA

Primavera que no me gustas, quiero
decir de ti que al volver una esquina,
en la calle, presentirte me hería
como llama. La sombra leve aún
de las ramas desnudas en la tierra
aún desnuda me conmueve, casi
como si yo pudiera aún
tuviera
que renacer. La tumba
parece poco firme para ti, antigua
primavera, que más que otra estación
con crueldad resucitas y matas.


TRES POEMAS A LINUCCIA

I

Era un pequeño mundo y se cogía
de la mano.

Era un mundo difícil, hoy lejano
de nosotros, que lame apenas, como una ola,
la angustia. Entre la vigilia
y el sueño que no acaba de venir, si de golpe,
con su exacto dibujo y su contorno
exacto, un cuadro se destaca e ilumina
tu memoria, dulce en sí, te busca,
como daga enemiga, el corazón.

Era un pequeño mundo y su furor
te cogía de la mano.

II

Al fondo del Adriático salvaje
se abría un puerto a tu niñez. Los barcos
partían a lejanas tierras. Blanco,
en la verde colina desafiante,
de una antigua fortaleza, un humo
brotaba tras un trueno y un relámpago.
El vasto azul lo recibía, y a la bóveda
celeste lo lanzaba. A su saludo
guerrera nave respondía, anclada
junto a tu casa que tenía
una rosa en el muro, rosa
de los vientos.

Era un pequeño puerto, era una puerta
abierta al sueño.

III

De aquel sueño y de aquella furia, todo
lo que has ganado y has perdido,
tu mal y tu bien, te ha venido.


HOJA

Soy como aquella hoja –mira-
en la rama desnuda, que un prodigio
mantiene aún sujeta.

Niégame pues. No vaya a entristecerse
la bella edad que con ansia te azora
y por mí se retrasa con impulsos de niño.

Dime tú adiós, si yo no puedo hacerlo.
Morir es nada; perderte es lo difícil.

        
                       Umberto Saba
                       Traducción de Abraham Gragera  

martes, 22 de marzo de 2011

Yannis Ritsos

EL SIGNIFICADO DE LA SENCILLEZ

Tras las cosas sencillas me oculto para que me encontréis;
si no me encontráis, encontraréis las cosas,
tocaréis lo que tocó mi mano,
las huellas de nuestras manos se unirán.

La luna de agosto brilla en la cocina
como una olla de estaño (ocurre así también por lo que digo)
alumbra la casa desierta y su silencio arrodillado…
el silencio está siempre de rodillas.

Cada palabra es un camino
hacia un encuentro a menudo frustrado,
y es palabra verdadera, mientras insiste en el encuentro.


SEÑALES

Si sabe que lo observan desde una ventana,
cómo puede moverse de un modo tan bello, tan sencillo…
Quiero aprender en qué consiste tal simplicidad.
Bajo la persiana, me miro en el espejo.
Un orificio en la frente me lo impide.

*
No preguntes hasta cuándo durará… no durará; otros toman las decisiones.
Pon la mesa al revés; apaga la luz. El espejo
está lleno de orificios de bala. No mires a través.
Miraré –dijo el otro- por esos orificios.
Veré mi rostro robado otra vez, intacto.
                  
                             Yannis Ritsos
                             Traducción del inglés de Abraham Gragera

lunes, 21 de marzo de 2011

W. S. Merwin

A LA LLUVIA

Desde la edad del aire me alcanzáis
claras
cayendo hacia mí
nuevas
si alguna de vosotras tiene un nombre
es desconocido

esperé por vosotras
tanto tiempo
vosotras que al caer lo cruzaríais
ignorándolo todo

orla de las vestiduras
no esperes
hasta que ame todo lo que he de conocer
pues quizá no suceda

tócame ahora
deja que ame lo que no puedo saber
como el que nace ciego puede amar el color
hasta que lo colma de color
todo lo que ama


PROVISIONES

Toda la mañana los campos repiten
Con secos instrumentos el rumor
De la lluvia
En la memoria
Y en el muro
Los muertos aumentan su miel invisible
Es agosto
Las bandadas comienzan a formarse
Yo llevaré conmigo el vacío de mis manos
Aquello que no tienes se encuentra en todas partes


         W. S. Merwin
         Traducción de Abraham Gragera, Juan de Dios León y Ruth Miguel Franco

sábado, 19 de marzo de 2011

Louise Glück

LAGO EN EL CRÁTER

Entre el bien y el mal hubo una guerra.
Decidimos que el cuerpo fuese el bien.

Eso hizo que el mal fuese la muerte,
que el alma se volviera
completamente en contra de la muerte.

Como un soldado que desea
servir a un gran señor, el alma
desea cerrar filas con el cuerpo.

Se puso en contra de la oscuridad,
en contra de las formas de la muerte
que reconocía.

De dónde viene la voz
que dice: y si la guerra
fuese el mal, que dice

y si fue el cuerpo el que nos hizo esto,
nos hizo tener miedo del amor.


                        Louise Glück
                        Traducción de Abraham Gragera y Ruth Miguel Franco

miércoles, 16 de febrero de 2011

Joan Vinyoli

LA MEDIDA DE UN HOMBRE

Bien mirado, los días
de juventud valen mucho
como para no darles alto precio.
Si fueron ricos de acción
y de fuego y disponibles
para todo
              -una noche estrellada
no la desdeñes, no es menos valiosa
que los yermos surcados por la muerte.
                                                           Si fuiste
reserva, soledad, fracaso, anhelo
de la chispa que enciende todo el bosque,
                                                               y no sólo
un avaro proyecto de ganancias
de hipócrita dominio,
                               sobre todo si fuiste
puro en lo puro, diré que has conseguido
la medida de un hombre.


ALGUIEN ME HA LLAMADO

Yo no soy más que un árbol que se alejó del bosque
llamado por la voz de un hondo mar.
Solo, cerca del mar, he consagrado mis hojas a los vientos
que abandonan la orilla.
Mis raíces no saben cómo ahondar en la tierra y sostenerme
y por las hojas bebo soledad.
Por eso vago siempre
bajo el silencio de las constelaciones
de tantas altas noches de increíble riqueza.

Pero de golpe las noches se iluminan
con palabras en llamas,
vuelve la voz, la voz, nocturna siempre, del mar
llamándome tan sólo, llamándome.

Poseía los campos, la brasa de la tarde,
pero ahora soy oído y paso insomnes.


                                  Joan Vinyoli
                                  Traducción de Carlos Marzal y Enric Sòria

martes, 25 de enero de 2011

James Hillman

ALGUNAS REFLEXIONES

El psicoanálisis tiene que salir de la consulta y analizar todo tipo de cosas. Tienes que ver que los edificios son anoréxicos, tienes que ver que el lenguaje es esquizofrénico, que la "normalidad" es maniaca y los negocios paranoicos.

Las expectativas que sólo son estadísticas ya no son humanas.

Creo que somos desgraciados porque tenemos un solo dios, y es la economía.

Forjamos vidas libres de riesgo, en las que no ocurre nada.

Las circunstancias, incluidos mi cuerpo y mis padres, a quienes puedo maldecir, son la elección de mi propia alma, y no entiendo esto porque he olvidado.

En mi intimidad, temo al inconsciente cristiano porque, a diferencia del budismo o incluso el judaísmo, el cristianismo vive mitos deliberadamente, insistiendo en que no son mitos, y esto tiene terribles consecuencias paranoicas.

¿Adviertes la completa armonía entre dictadura centralizadora, fascismo, dureza política y el auto-centramiento del punto de vista espiritual?

El alma ingresa sólo por la vía de los síntomas, por la de los fenómenos marginados como la imaginación artística o la alquimia o el primitivismo y, por supuesto, disfrazada como psicopatología. Eso es lo que quería decir Jung cuando afirmó que los dioses se han vuelto enfermedades: el único regreso para ellos, en un mundo cristiano, es por la vía de lo marginado.

Hay un amor secreto escondido en cada problema.

Aunque sea difícil de creer, las hipocondrías nos cuidan, las depresiones nos hacen aminorar la marcha, las obsesiones son modos de limpiar la imagen, las sospechas paranoicas son modos de intentar ver a través -todos estos movimientos de lo patológico son modos en que somos amados, con ese peculiar modo en que opera la psique.

Bien puede haber más psicopatología hoy en el trascender que en el sumergirse en el patologizar.

El patologizar fuerza al alma hacia una conciencia de sí misma como diferente del ego y de la vida -una conciencia que obedece a sus propias leyes de actuación metafórica en íntima relación con la muerte.

Así como las verdades son las ficciones de lo racional, las ficciones son las verdades de lo imaginal.

Si nuestra civilización sufre de hybris, de inflación del ego y de soberbia, la psicología ha contribuido lo suyo. Ha estado buscando el alma en el espejo del ego, sin ver jamás la psique, viendo siempre al hombre. Y este hombre ha sido el hombre Reformista monoteísta, enemigo de las imágenes.

La economía es nuestra teología contemporánea, no importa cómo pasemos los domingos.

Dos consecuencias efermizamente peligrosas resultan de elevar la eficiencia al nivel de un principio independiente. En primer lugar, favorece el pensamiento a corto plazo -no mirar adelante, más allá de la línea; y produce un sentimiento de insensibilidad -no mirar los valores vitales que se viven tan "eficientemente". En segundo lugar, los medios devienen fines, esto es, hacer algo deviene la plena justificación de hacerlo sin tomar en cuenta lo que se hace.

La ineficiencia deviene un modo favorito de rebelión contra la tiranía de la eficiencia: ralentización del ritmo, trabajo sin reglas, absentismo, respuestas demoradas, documentos extraviados, llamadas telefónicas no contestadas.

Quien justifique las decisiones refiriéndose a la letra pequeña, tiene algo que aprender de Treblinka.

Hoy necesitamos héroes del descenso, no maestros de la negación; mentores de la madurez que puedan acoger la tristeza, que den amor al que envejece, que muestren alma sin ironía ni vergüenza.

¿Hay una realidad que no esté conformada o formada? No. La realidad siempre viene a través de un par de gafas, un punto de vista, un lenguaje, una fantasía.

La transfiguración de la materia ocurre mediante la extrañeza.

El desierto no está en Egipto. Está donde quiera que desertemos del corazón.

Debiera temerse a cualquiera que crece en un mundo que adora el éxito, pues esta es una era de psicopatía.

El alma podrá volverse nuevamente una realidad sólo cuando cada uno de nosotros tenga el coraje de tomarla como la primera realidad en nuestras propias vidas, de tomar partido por ella y no tan sólo de "creer" en ella.

Amar en seguridad es la parte más pequeña del amor.

¿Adónde se vuelve el alma que no tiene un terapeuta que consultar? Lleva su problema a los árboles, a los bancos de los ríos, al compañero animal, o a un paseo sin meta por las calles de la ciudad, a una contemplación del cielo nocturno. Tan sólo mira por la ventana o hierve agua para una taza de té. Respiramos, nos expandimos, nos dejamos ir, y algo regresa desde cualquier sitio. El daimon en el corazón parece muy a gusto, prefiriendo la melancolía a la desesperación: está en contacto.

"Bueno, ¿qué puedo hacer con respecto al mundo? Esto es más grande que yo". Este es el arquetipo del niño hablando. "Todo lo que puedo hacer es meterme en mí mismo, trabajar en mi crecimiento, mi desarrollo, encontrar una buena crianza, grupos de apoyo". Esto es un desastre para nuestro mundo político, para nuestra democracia. La democracia depende de ciudadanos intensamente activos, no de niños.

Los alquimistas hablaban de la paciencia como la primera cualidad del alma y consideraban el hacer-alma como el viaje más largo, una "via longissima". El lenguaje es digestión, un amor vegetal, depresión en aguas quietas.


                                                            James Hillman
                                                            Traducción de Enrique Eskenazi

viernes, 21 de enero de 2011

Tomas Venclova

UN POEMA SOBRE LA MEMORIA

¿Esperas a los que partieron? A los abismos
partieron. Y los muros los abandonaron,
las pinturas y lápices, la arena y la nieve,
los relojes, las almas, la lluvia y el Juicio,
las hojas del abeto, la victoria sobre la muerte.

Ya no queda quien diga quién es justo,
y cuando sumas todas las partidas,
tu suma sin total explota en tu interior,
se hace añicos en voces, ferozmente enemigas.

Esto queda: el dibujo de un círculo a cuchillo,
el polvo en los estantes, una marca en un plato,
tal derroche de libertad, versos y mentira,
como escasez de auténtico destino.

Además de dos voces: acarician el cálido,
el incómodo cuerpo de esta urbe.
Les fue dada una gota de memoria.
Suya es. Y no pertenece a nadie.

Corre sin rumbo, alada, ciega de nacimiento,
como una golondrina se arroja de su nido.
¿Y qué es tu dignidad, tu clasicismo,
tu escuela de rituales y de divertimentos?

Y así la hora, apartándolo todo de nosotros,
a muerte condenada, se mece como un chal
cayendo en escaleras, en cuartos y pasillos,
y en el hueco que yace, con desgana,
entre el tiempo pasado y el tiempo por venir.


                        Tomas Venclova
                        Traducción del inglés de Abraham Gragera

domingo, 9 de enero de 2011

John Berger

¿DÓNDE ESTAMOS?

   Quiero decir al menos algo sobre el dolor que existe en el mundo hoy día.
   La ideología consumista, que ha llegado a ser la más poderosa e invasiva del planeta, se propone persuadirnos de que el dolor no es más que un accidente, algo contra lo que podemos asegurarnos. Esta es la base de la lógica que convierte a dicha ideología en despiadada.
   Todo el mundo sabe, por supuesto, que el dolor es consustancial a la vida, y quiere olvidar que es así o relativizarlo. Todas las variantes del mito de la caída desde una Edad de Oro, antes de que el dolor existiera, son un intento de rechazar el dolor que se padece en el mundo. Aún más lo es la invención del Infierno, ese reino adyacente del dolor como castigo. También el descubrimiento del Sacrificio. Y más tarde, mucho más tarde, del principio del Perdón. Se podría afirmar incluso que la filosofía llegó a existir gracias a la pregunta: ¿Por qué hay dolor?
   Y sin embargo, una vez dicho todo esto, el dolor actual de vivir en el mundo tal vez carezca, en cierto modo, de precedentes.
   Escribo de noche, aunque es de día. Un día de principios de octubre de 2002. Durante una semana, casi, el cielo de París ha sido azul. Cada día el crepúsculo llega un poco antes y cada día su belleza es más magnífica. Hay mucho temor por lo que en breve puede que ocurra: las fuerzas militares de Estados Unidos lanzarán su guerra “preventiva” contra Irak para que las corporaciones petrolíferas americanas puedan extender sus dominios y supuestamente asegurar los suministros de crudo. Algunos esperan que esto llegue a evitarse. Entre las decisiones anunciadas y los cálculos secretos, todo está muy poco claro, ya que las mentiras preparan el camino a los misiles.
   Escribo de noche, una noche de vergüenza.

   Al decir vergüenza, no la entiendo como una culpa individual. Vergüenza, tal como yo la concibo, es una especie de sentimiento que, a la larga, corroe nuestra capacidad para sentir esperanza y nos impide mirar hacia delante, a lo lejos. Bajamos la mirada hacia nuestros pies y pensamos únicamente en el próximo, y mínimo, paso.
   En todas partes la gente –bajo diferentes condiciones- se pregunta: ¿Dónde estamos? La cuestión no es geográfica, sino histórica: ¿Qué estamos viviendo? ¿Dónde hemos sido capturados? ¿Qué hemos perdido? ¿Cómo saldremos adelante sin una visión creíble del futuro? ¿Por qué hemos perdido toda concepción de lo que hay más allá de la vida?
   Los opulentos expertos responden: Globalización, post-modernidad, revolución de las comunicaciones, liberalismo económico. Los términos son tautológicos y elusivos. Ante la angustiosa cuestión de ¿dónde estamos? los expertos murmuran: ¡En ninguna parte!
   ¿No sería mejor afrontarlo y declarar que estamos sometidos al más tiránico caos –puesto que es el más omnipresente- que ha existido jamás? No es fácil comprender la naturaleza de la tiranía, puesto que su estructura de poder (que se extiende desde las más de 200 corporaciones multinacionales al Pentágono) está perfectamente trabada y sin embargo es difusa, es dictatorial y sin embargo anónima, ubicua y sin embargo carente de lugar. Tiraniza desde los paraísos fiscales, pero no sólo en términos de derecho fiscal, sino en términos de control político de todo lo que la rodea. Su aspiración es deslocalizar el mundo entero. Su estrategia ideológica –al lado de la cual la de Bin Laden es un cuento de hadas- es socavar lo que existe hasta que todo colapse en su particular versión de lo virtual, en cuyos dominios –y éste es el credo de la tiranía- establecerá una inagotable fuente de ganancias. Suena estúpido. Las tiranías son estúpidas. Ésta está destruyendo la vida en el planeta en todos los niveles en los que opera.
   Ideologías aparte, su poder está basado en dos amenazas. La primera es la intervención, desde el cielo, del más potente estado armado que hay en el mundo. Se le podría llamar “Amenaza B52”. La segunda tiene que ver con el implacable endeudamiento, la bancarrota y, en consecuencia, dadas las actuales relaciones productivas existentes, la muerte por hambre. Se le podría llamar “Amenaza Cero”.

   La vergüenza comienza con la evidencia (reconocida por todos pero rechazada, al estar fuera de nuestro alcance) de que gran parte del sufrimiento actual podría aliviarse o evitarse si se tomaran ciertas decisiones realistas y relativamente sencillas. Hay una relación directa entre las minutas de una reunión y los minutos de agonía.
   ¿Merece alguien ser condenado a una muerte cierta sólo por no tener acceso a un tratamiento cuyo coste no superaría los dos dólares diarios? Esta misma fue la pregunta que planteó la presidenta de la Organización Mundial de la Salud el pasado mes de julio. Hablaba sobre la epidemia de SIDA en África y en otras partes del mundo, cuya cifra estimada de muertos para los próximos dieciocho años es de 65 millones de personas. Yo hablo del dolor de vivir en el mundo actual.
   La mayoría de los análisis y pronósticos sobre lo que ocurre son incomprensiblemente presentados y realizados en el contexto y a través de disciplinas separadas: económicas, políticas, periodísticas, de salud pública, ecología, defensa del Estado, criminología, educación, etc… En realidad, cada uno de estos campos especializados depende de los otros para configurar el terreno de lo que se está viviendo. Sucede que las personas, en sus propias vidas, sufren por injusticias y errores que se clasifican en categorías separadas, mientras que el sufrimiento de todas ellas en conjunto es simultáneo e inseparable.
   Un ejemplo cercano: algunos kurdos, que huyeron la semana pasada a Cherburgo, a los que el gobierno de Francia ha negado el asilo político y que corren el riesgo de ser repatriados a Turquía: pobres, políticamente indeseables, desposeídos, exhaustos, ilegales, indefensos. ¡Y ellos sufren esas condiciones una por una y todas a la vez!
   Al abordar lo que está ocurriendo, es necesaria una visión interdisciplinar capaz de conectar los “campos” que institucionalmente se mantienen separados. Y cualquier visión particular ha de unirse a las otras para ser (en el sentido original de la palabra) política. El requisito previo para pensar políticamente a escala global es ver el sufrimiento innecesario, en su unidad, ocupando su sitio.

*

   Escribo de noche, pero no sólo veo la tiranía. De ser así, probablemente no tendría el coraje para seguir escribiendo. Veo a la gente dormirse, agitarse, levantarse a beber agua, susurrar sus proyectos o sus miedos, hacer el amor, rezar, cocinar algo mientras el resto de la familia duerme, en Bagdad o Chicago. (Sí, veo también a los invencibles kurdos, 4000 de los cuales fueron gaseados –con la conformidad de los Estados Unidos- por Saddam Hussein.) Veo a los pasteleros trabajando en Teherán y a los pastores, como bandidos, durmiendo entre sus rebaños en Cerdeña; veo a un hombre en el barrio de Friedrichshain de Berlín, sentado en pijama con una botella de cerveza mientras lee a Heidegger con manos proletarias; veo una patera cargada de inmigrantes ilegales frente a las costas españolas; veo a una madre en Mali llamada Aya, que significa “nacida el viernes”, acunando a su hijo; veo las ruinas de Kabul y a un hombre volviendo a su casa, y sé que a pesar del dolor, la ingenuidad de los supervivientes permanece inalterable, la ingenuidad del que rebusca entre despojos y repone energías; y en la incesante astucia de esa ingenuidad hay un valor espiritual, algo como el Espíritu Santo. Estoy convencido de esto, ahora, en la noche, aunque no sepa por qué.

*

   Hace poco más de un siglo que Dvorák compuso su Sinfonía del Nuevo Mundo. La escribió mientras era director del Conservatorio de música de Nueva York; y fue su escritura la que le inspiró para componer, dieciocho meses más tarde, su sublime Concierto para violonchelo. En la sinfonía, los horizontes y las colinas onduladas de su Bohemia natal se convierten en promesas del Nuevo Mundo. Sin grandilocuencia, sino con fuerza y continuidad, pues son ellas las que se corresponden con los anhelos de los que nada pueden, de los que son injusta y erróneamente llamados “simples”, de aquellos a los que se dirigió la Constitución de Estados Unidos en 1787.
   No sé de ninguna otra obra de arte que exprese de un modo tan directo y vigoroso (Dvorák fue hijo de campesino y su padre soñó con verlo convertido en carnicero) las creencias que inspiraron a las generaciones y generaciones de inmigrantes que llegaron a ser ciudadanos estadounidenses.
   Para Dvorák la fuerza de esas creencias era inseparable de una especie de ternura, un profundo respeto por la vida tal como puede encontrarse a menudo entre los súbditos de un gobierno (a diferencia del que existe entre los gobernantes). Y con ese espíritu fue acogida la sinfonía en su primera representación pública, en el Carnegie Hall, el 16 de diciembre de 1893.
   A Dvorák le preguntaron qué pensaba del futuro de la música en los Estados Unidos y él recomendó a los jóvenes compositores que prestaran atención a la música de los indios y los negros. La Sinfonía del Nuevo Mundo expresó una esperanza sin fronteras que, paradójicamente, es bien recibida porque se centró en una idea de hogar. Una paradoja utópica.
   Hoy, en el mismo país que inspiró esas esperanzas, el poder está en manos de una camarilla de fanáticos (que quieren limitarlo todo excepto el poder del capital), ignorantes (que sólo reconocen la realidad de su propio poder destructor), hipócritas (que aplican un doble rasero en todas las cuestiones éticas, uno para ellos, otro para los demás) y despiadados conspiradores del B52.
   ¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Cómo han llegado Bush, Murdoch, Cheney, Kristol, Rumsfeld y compañía a donde han llegado? La pregunta es retórica ya que no hay una sola respuesta, e inútil, pues no afectará en nada a su poder. Pero preguntárselo ahora, en la noche, revela la enormidad de lo sucedido. Estamos escribiendo sobre el dolor en el mundo.
   Tenemos que rechazar el discurso de la nueva tiranía. Sus términos son basura. En las interminables y repetitivas charlas, en los anuncios, conferencias de prensa y amenazas, los términos recurrentes son: Democracia, Justicia, Derechos Humanos, Terrorismo. Cada palabra, en ese contexto, significa lo contrario de lo que una vez llegó a significar.
   La democracia es una propuesta (raramente realizada) sobre las tomas de decisiones. Tiene poco que ver con las campañas electorales. Su promesa consiste básicamente en que las decisiones políticas se toman después de consultar con los gobernados, y basándose en dicha consulta. Esto depende de que los gobernados sean adecuadamente informados de los temas en cuestión, y de que los que toman las decisiones tengan la capacidad y el deseo de escuchar y tener en cuenta lo que han escuchado. La democracia no debería confundirse con la “libertad” de la alternativa binaria, la publicación de las preferencias de voto, o la masificación de las estadísticas. Esas son sus pretensiones.
   Hoy día, las decisiones fundamentales, cuyo efecto sobre el dolor innecesario hace aumentar el sufrimiento a lo largo y ancho del planeta, han sido y son tomadas unilateralmente sin que medie consulta abierta alguna o participación.
   Los estrategas militares y económicos se hacen cargo de que los medios juegan un papel crucial –no tanto en la derrota del enemigo corriente como en la extinción y prevención de las sublevaciones, protestas o deserciones. El grado de manipulación de los medios por parte de una tiranía es un indicador de sus temores. La de ahora teme la desesperación del mundo. Un miedo tan profundo que el adjetivo desesperado –excepto en su acepción de peligroso- no ha sido usado nunca.

   Sin dinero, la necesidad humana de cada día se convierte en dolor.

*

   Toda forma de impugnar esta tiranía es comprensible. Dialogar con ella no se puede. Para nosotros, vivir y morir apropiadamente, con dignidad, son cosas de las que hay que hablar dignamente y con propiedad. Dejadnos reclamar nuestras palabras.

   Esto está escrito de noche. En la guerra, la oscuridad no está del lado de nadie; en el amor, la oscuridad confirma que estamos juntos.


                                                           John Berger
                                                           Traducción de Abraham Gragera
  

viernes, 7 de enero de 2011

Zbigniew Herbert

 DIEZ CAMINOS DE VIRTUD

  1. Uno no debería suplicar la ayuda de los dioses más que en casos extremos, pues es posible que estén ocupados con otra cosa y nuestra impertinencia acarree resultados adversos. Además, no es seguro que un comunicado humano pueda alcanzar sus oídos, a causa de las avalanchas y las explosiones de decibelios, por no mencionar las tormentas magnéticas.
  2. Uno debería amar a los dioses, pues hacerlo purifica el corazón.
  3. Existen algunas indicaciones para honrar a tu padre y a tu madre, preocuparte por los pobres, los ancianos y los huérfanos, y el cuidado y el cariño por los animales es grato a los Inmortales.
  4. Orar se puede hacer en cualquier parte. Los peores sitios son los lugares de culto. Están poco ventilados.
  5. No mates. Intenta pensar bien del prójimo, prestarle algunas virtudes de vez en cuando. No caigas en la maledicencia, que es la forma más despreciable del asesinato.
  6. En cuanto al amor sensual, evita los excesos, pero también los escrúpulos innecesarios. Una pareja de amantes felices es mejor y más natural que una enrevesada relación entre dos delicados neurasténicos. Especialmente si hay niños de por medio, que tienen que asistir al espectáculo de los tormentos diarios de sus progenitores.
  7. Intenta ser feliz, pues sólo una persona que lo sea puede hacer felices a las demás.
  8. Uno puede robar en un momento dado, por pura supervivencia. Uno no debería convertir eso en una ideología.
  9. Evita las ideologías que prometen la liberación de la humanidad. Dotados como estamos de una partícula de libertad, no debemos limitarla por el bien de nuestros vecinos.
  10. Sólo hay pecados espirituales. Los pecados de la carne llevan consigo su propio castigo: la parálisis progresiva de los libertinos, el corazón hinchado de los alegres glotones, los juanetes del delator.


Zbigniew Herbert
Traducción del inglés de Abraham Gragera